Banco BASE estima que, en 2020, la caída del producto interno bruto (PIB) será de 8.7 por ciento, apenas por debajo de la registrada en la Gran Depresión, cuando fue de 14.92 por ciento; sin embargo, la recuperación total, tras la crisis del covid-19, será la más larga de la historia, pues en la Gran Depresión tardó dos años (ocho trimestres) y ahora se prevé que llevará 15 trimestres.
Para 2021, el crecimiento del PIB se prevé en 3.8 por ciento. La directora de análisis económico-financiero de Banco BASE, Gabriela Siller, explicó que la explicación de esta lenta recuperación económica muy probablemente sea la ausencia de una política fiscal contracíclica que minimice los efectos de las medidas de contingencia sanitaria para combatir la pandemia del coronavirus, a esto se suma el declive que ya presentaba la economía mexicana antes de la pandemia y la baja inversión.
“Lo que estamos viendo ahorita son políticas de austeridad y sí han dado frutos porque no se han dado mayores recortes en la calificación crediticia (de la deuda soberana de México), pero del otro lado, no se han detenido las caídas en el PIB de este año y tampoco se sentarán las bases para una rápida recuperación, indicó en videoconferencia con medios.
A este escenario, indicó la directiva, se agrega la posibilidad de que siga la cautela de las empresas y los consumidores mientras no haya un control total del covid-19, pero además la iniciativa para reformar la subcontratación de personal (outsourcing) representa un riesgo para la recuperación del mercado laboral, sobre todo porque si pasa el tema las empresas estarán aún más cautelosas, al asumir que tendrán un pasivo laboral más alto y les llevará más trimestres la recuperación completa del empleo.
“Puede generar una mayor incertidumbre y ahorita lo que se buscaría es dejar que se termine de recuperar el empleo y entonces sí ya que se vean nuevas iniciativas”, apuntó.
Gabriela Siller añadió que otros riesgos para la economía mexicana se relacionan con la política interna que frene el crecimiento, como subejercicios del gasto público o políticas poco ortodoxas que generen más cautela entre los consumidores y empresas; además, la posibilidad de que no alcance a vacunar contra el covid-19 a un número importante de la población y siga la pandemia.
Asimismo, políticas de Joe Biden que puedan afectar al país, tales como cambios en materia energética o temas, como el laboral, que puedan abrir la discusión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un bajo crecimiento en Estados Unidos y bajos ingresos en la población que afecten el consumo.