Thursday, 12 December 2024
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El juego de las camas para pacientes con Covid-19

Mantener altos márgenes de disponibilidad hospitalaria obedece más a razones económicas que de salud, afirma un investigador.— “El gobierno es un policía de tránsito de la muerte”.

Las autoridades del Estado tuvieron marzo, abril y mayo para organizar la reapertura económica y asegurarse de que el desconfinamiento no trajera consigo un incremento en las cifras de contagiados y muertos de Covid.

Sin embargo, prefirieron enfocarse exclusivamente en las camas. “Pese a que una cama no le quita el Covid ni le salva la vida a nadie. Se necesita un equipo que incluye, desde luego, respiradores y especialistas que los sepan usar”.

Crítico con la forma como el gobierno estatal ha gestionado la pandemia de coronavirus, el Dr. Luis Ramírez Carrillo señala que “la tasa de camas disponibles no puede usarse como indicador de resultados, de ser así vas a cualquier tienda de colchones, encargas medio millón y se acabó… Pero además no es cierto, se sobreestimó la capacidad hospitalaria y se olvidó que en Yucatán no hay muchos especialistas capaces de manejar un respirador”.

A juicio del investigador de la Uady, el gobierno de Mauricio Vila se equivocó de estrategia en esto de las camas disponibles, algo que ni siquiera es su responsabilidad, porque la atención se concentra en hospitales del IMSS, Issste y clínicas del sector Salud federal.

Reacción tardía

“La irresponsabilidad del gobierno federal —que no se cansa de repetir que sobra capacidad hospitalaria, cuando es mentira— y la desidia de las autoridades locales al ordenar la reapertura sin detectar los focos de contagio para cumplir su obligación de controlarlos, son los ingredientes de este coctel mortal que ha convertido a Yucatán en un matadero”.

Del 15 de junio al 15 de julio se gestó el desastre que potenció lo que estamos viviendo ahora, dice. “Cuando empezaron a tomar medidas un poco más serias, tratando de ubicar los focos de contagio, el virus estaba ya diseminado en toda la superficie de Yucatán”.

En Yucatán, el manejo de la epidemia ha pasado por tres etapas, recapitula. La primera fue de una “Prevención Exitosa”; la segunda, de una “Apertura Desordenada”, y la tercera, que estamos viviendo, es la de los “Intentos Desesperados” por controlar una crisis desbordada en condiciones mucho más difíciles que al principio.

Genocidio

Actualmente estamos viendo la aceptación del genocidio. “La postura de las autoridades es ‘que se contagien todos los que se tengan que contagiar. Cumplimos con decirles que se pongan cubrebocas, que no se toquen, que mantengan la distancia, si no lo quieren hacer, allá ellos…’”.

Su principal responsabilidad, como no se cansan de repetirnos, es tener suficientes camas disponibles, pero no para atender a los enfermos o evitar que la gente se muera, asegura. La mayor preocupación de las autoridades —del Estado y federales— es presumir “me sobran camas”, nunca “estoy atendiendo a todo lo que doy”, como debería ser.

“Insisto en que se trata de una política genocida. Lo que importa no es que esas camas y ese equipo estén atendiendo al mayor número de enfermos, sino que sobren, porque así podrán mantener el semáforo naranja. El porcentaje de camas disponibles es el criterio estelar”.

Policías de la muerte

En Yucatán fallecen todos los días 30 enfermos de Covid, pero sigue existiendo 50% de equipo hospitalario libre, desocupado. Algo no cuadra: mientras se multiplican los testimonios de gente que se muere en el taxi, en la puerta de los hospitales, porque les dicen que no hay lugar, el gobierno repite y repite todos los días que hay camas libres… ¿Qué está pasando?

“En pocas palabras: la preocupación está en mantener el semáforo naranja, en ser policía de tránsito de la muerte. Lo importante es evitar que el semáforo cambie a rojo, para que los negocios sigan abiertos, lo demás es secundario… Por eso la insistencia en repetir que hay camas disponibles”.

Problema oculto

La necesidad de oxigenar la economía es una verdad irrefutable. Como también que la mitad de los trabajadores yucatecos está en el sector informal, es decir, no tiene un empleo fijo. Si no trabaja hoy, no come… No hay vuelta de hoja, hay que abrir.

Sin embargo, hace notar el investigador, el falso debate a favor o en contra de la apertura esconde el verdadero problema: hay que mantener el semáforo naranja, pero bajo condiciones estrictas que garanticen el control de la epidemia.

“No tendríamos esta discusión si, como en otros países, el gobierno hubiera asegurado un salario mínimo durante 14 días a quienes dieran positivo en la prueba de detección del Covid. Si la persona está contagiada o estuvo, se le aísla con el resto de la familia y durante 14 días se le paga para que se quede en casa. Pasada la fase de contagio, que salga, ya es inmune”.

“Así debió de haber procedido el Estado, con generosidad. Obviamente la medida va de la mano de la realización de pruebas para detectar a los contagiados y aislarlos”, continúa.

“Que muchos pueden aprovecharse, es cierto, pero en una pandemia hablamos de proporciones, de porcentajes. Si bajas al 70% el porcentaje, se te escapan muchos, por supuesto, pero tu intensidad baja: menos contagios, más tiempo para atenderlos, menos muertos”.

Para concluir, el investigador reitera que la culpa de tanta muerte es compartida por el gobierno federal, por su política irresponsable y genocida de mandarle a la población el mensaje de que “aquí no pasa nada”, y por las autoridades locales, por haberle seguido el juego.

Mauricio Vila debió desmarcarse de AMLO y adoptar la estrategia de la prevención, insiste. “Primero, pensar en lo que vendría con la apertura en temporada de playas, y segundo y más importante, reestructurar el transporte público… Mucho dolor y muchas muertes se habrían evitado”.—Megamedia

Camas disponibles Falso indicador

El número libre de camas es un falso indicador, advierte el doctor Luis Ramírez Carrillo.

Mensaje irresponsable

“Presumir que queda mucho lugar disponible en los hospitales es parte de la política irresponsable y genocida de mandarle a la población el mensaje de que ‘aquí no pasa nada’”.

Extraño

“Algo no cuadra: Mientras se multiplican los testimonios de gente que reporta no haber encontrado lugar para ser tratada, las autoridades sanitarias se vanaglorian de tener camas y equipos de urgencia de sobra”, apunta.

Maquillaje

“De lo que se trata no es de combatir la pandemia, es de minimizarla”.

Jorge Solis

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