Friday, 29 November 2024
Península

Así nos Vemos . Sueñame Quintana Roo

Edgar Prz

Corrían los años 60’s, Quintana Roo aún era Territorio Federal y la vida económica, productiva se encontraba en la Zona Sur. El comercio de importación era el pilar de Chetumal, tulip, queso de bola, ropa, aparatos eléctricos, perfumes, inundaban la avenida Héroes. Muy cerca se encontraba Santa Elena, un pueblito enclavado en la frontera con Belice, solo los separaba el río hondo, era el paso obligado de toda la mercancía-además- de los vinos y licores.

 

Lugar donde pasó su infancia José Luis Pech Varguez el vástago de Don Uch, quien era el propietario de una de las pocas tiendas de abarrotes. En esa época tener una tienda y ser hijo del dueño eran palabras mayores. José Luis fue creciendo y moldeando su carácter con cierta holgura económica. Casi todas las tardes después de venir de la escuela, iba con sus amigos a nadar en el río hondo, se tiraban desde el borde del puente y en ocasiones hasta hacían competencias.

 

Funcionaba también la MIQROO (Maderas Industrializadas de Q. Roo, era una planta donde aserraban e industrializaban madera, caoba, cedro, zapote eran las especies de mayor rendimiento. El pueblo tenía circulante en su economía y José Luis ya sentía que el pueblo le quedaba chico, comenzaban a salirle alas para seguirse preparando. Sabía que sería el heredero de las propiedades de la familia pero no quería tener el mismo futuro, “ser comerciante”.

 

A la postre es lo que más le ha servido. Crece y se convierte en un profesionista. Establece relaciones de trabajo, cooperación y arman un equipo en el Tecnológico con la esposa de quien fuera uno de los gobernadores del estado. Esa fue su catapulta para avanzar a las grandes ligas. Acudió a Europa a instruirse con lo último en políticas públicas, auspiciado con una beca. Eso, en lugar de volverlo más humilde lo aísla del segmento social.

 

Sabedor que era de los pocos con ese nivel académico; incursiona en la política doméstica, Secretario de Turismo, Secretario de Hacienda, Secretario de Desarrollo Económico, Secretario de Gobierno, Rector de la UQROO, todos esos cargos bajo la tutela de gobiernos priistas. Se distinguió por su opacidad, su escaso don de gentes, su capacidad e inteligencia eran un freno que lo ataba y hasta hoy le pesan como un lastre.

 

Después de este recorrido de oficinas del palacio; se aconcha en Morena, donde no es bien visto por las huestes, hordas de verdaderos militantes, quienes hasta con un huevaso en la cabeza le han manifestado su rechazo y repudio. Su contrato con la fortuna seguía en activo y logra llegar a ser Senador de la República en donde sus calificaciones no alcanzan el mínimo aprobatorio. En nada se ha beneficiado a la ciudadanía, no se ha bajado el IVA, el homologamiento de los beneficios por ser frontera aún no llegan, el alto costo de la energía eléctrica, el desmedido nivel del desempleo, el apoyo en la seguridad para bajar los altos índices de violencia, el enorme reto de la recuperación económica, el arribo del sargazo, la nula promoción turística, la ausencia de las oficinas de sectur en el estado.

 

Temas torales como para entretenerse, pero no; le gana su ímpetu de banderillero, de pretender seguir siendo big Leaguer. Súmele que hace algunos meses le obsequiaron por el Presidente Amlo, ser el enlace del gobierno federal por la Pandemia en el estado. Su pecho ya parece árbol de navidad con tantos encargos y ni aún asi alumbra. Alguien por favor que le avise que seguimos en un túnel bastante oscuro por el Covid; no se ha dejado ver en los Municipios del Centro y del Sur donde cabalga la miseria. Cuidadito, ya es todo un vetiver, perfumado y de buenos modales, que alimenta su ego con declaraciones futuristas y ya se siente el inquilino que ocupará el edificio de la 22 de Enero.

 

Divaga, inhala aire a profundidad llenando sus pulmones y su mente de esa enfermedad que afecta los sentidos. Sus ramas son la ilusión de su existencia. Quiere dar un enorme salto y ya se vio que el poseer excelentes cartas credenciales no lo exime del pecado. Padece de amnesia y no recuerda con agrado a sus grandes benefactores, Hendricks, Félix González y Beto Borge.

 

Su pasado raquítico, enfermizo no está a la altura de lo que requiere este estado. Actualmente hay un grupito de legisladores federales que se sienten con merecimientos, piensan que es derecho exclusivo de ellos el poseer la patente de las candidaturas. La gente ya no le apuesta mucho a los Partidos Políticos por el descrédito que arrastran, no se descarte que entren a la carrera por la gubernatura, candidatos independientes y ciudadanos. En lugar de soñar debe dedicarse a trabajar y cumplir con la encomienda asignada para rescatar la confianza que se le otorgó en las urnas.

 

Será que ve la tempestad y se niega a guarecerse? Será que la ambición es tan fuerte que le nubla la vista y le humedece el cerebro?…Santa Elena siente que se perdió su hijo prodigo; no lo lamenta mucho ya que nunca los ha apoyado. No quisiera seguir pensando en ello, mejor seguiré caminando y deleitandome con un poema hecho canción por Ricardo Ceratto, “Sueñame, sueñame Quintana Roo”.

Jorge Solis

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