Un total de 20 países adoptaron ayer una declaración para una migración “ordenada”, con el principio de responsabilidad compartida, como ha pedido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con la que clausuraron la novena Cumbre de las Américas, celebrada en esta ciudad, envuelta en polémica.
“Ningún país debería cargar en solitario” con los crecientes flujos migratorios, afirmó Biden, flanqueado por los demás firmantes de la llamada Declaración de Los Ángeles, con las banderas de sus países de fondo.
La migración “segura” y “legal” beneficia al desarrollo económico, pero hay que “proteger las fronteras” contra la entrada irregular, “con humanidad”, insistió.
El término clave para Biden es responsabilidad compartida, debido a que Estados Unidos no quiere cargar con todo el peso del flujo migratorio.
Parece haber convencido a los dirigentes latinoamericanos, aunque en la lista de firmantes de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección –adelantada por la Casa Blanca en un comunicado–deja fuera a República Dominicana y Bolivia.
De acuerdo con la declaración, que habla de avanzar en el objetivo común de una migración ordenada, segura y regular, Estados Unidos acogerá a 20 mil refugiados de América Latina en 2023 y 2024, tres veces más que este año. Es una quinta parte de los 100 mil ucranios que Washington se dispone a recibir después de que Rusia invadió su país.